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sábado, 16 de abril de 2016




                 EL FUTURO DEL EMPLEO


                         Concentraciones audiovisuales
                       
                         Planes de producción en el cine


Autopista de la información

       Hemos asistido en el mundo de las telecomunicaciones y del audiovisual a una carrera frenética por lograr las mayores concentraciones. Se trata de una concentración no solo entre el mundo empresarial de las televisiones y  del cine, sino también con el mundo  de la informática, la electrónica y la telecomunicación. Los canales y redes de cable han sido tomados por las compañías telefónicas. Se han invertido miles de millones de dólares y euros en crear la autopista de la información que transporta los servicios interactivos, las imágenes y voz, llegando a su plenitud con Internet. EEUU y Japón han liderado las concentraciones y en Europa, Reino Unido, seguido de Francia y Alemania, los demás países hablaban del tema y han tardado en acelerar las concentraciones. La tecnología digital, los satélites e Internet han multiplicado los canales de televisión y permitido la interactividad y las imágenes vituales. Se han disputado las redes de fibra óptica y  se han enfrentado para disponer de más derechos sobre, programas, películas y vídeojuegos que sus competidores.  Todo ello ha tenido consecuencias importantes en la producción y en su control y dado paso a la estrategia de los grupos multimedia.



   Los primeros gigantes han sido Time-Warner, Sony Corporation, News Corpration, Bertelsman o Viacom, que aporta las televisiones por cable, en abierto y vía satélite y se une con Paramount con sus contenidos de cine y series. Todos han buscado garantizarse la producción  adueñándose en primer lugar de Hollywood que posee la capacidad de producir y sus catálogos de derechos. Al igual que Viacom o Time, Sony adquirió Columbia, Matsushita, Universal y  News Corporation controló 20th Cantury Fox. La composición de estos conglomerados varía por nuevas concentraciones resultado de la competencia. Queda confirmada la complementariedad entre producción y distribución y difusión. Y la nueva situación requiere un aumento de producción, que ha tenido lugar y que en en el sector cine se calcula en diez mil películas anuales, producidas en todo el mundo y con atractivos para ser distribuidas. Para este aumento de producción hay dos retos, el elevado coste de las películas o las series de ficción competitivas, que es el menor para los grandes grupos, y el de contar con el talento necesario para concebir las nuevas producciones. La competición por poseer el talento despierta una competencia por contratar a los creativos por parte de televisiones y centros de producción. Los resultados indican que hay que apostar por la calidad que  determina la aceptación del público.

 

   Los países europeos han sabido crear un marco financiero propicio para la inversión en la industria audiovisual y a diferencia de los EEUU, en la actualidad, han desplegado un cuadro de incentivos o estímulos, que ha permitido duplicar su producción en el cine y un crecimiento notable en el sector televisión, que contaba con quinientas cadenas en el 2000 y aumentando el empleo en el sector. En España las televisiones privadas y públicas, han sido un factor de crecimiento del empleo y de estabilidad en el mismo, que está garantizado, ya que en España, como en Europa, para satisfacer los gustos de la audiencia al menos un 70% de sus emisiones debe ser producción nacional y los espectadores siguen contemplando la televisión una media de 3 horas 45 minutos diarios. Una sombra de inquietud es que falta aún resolver el marco financiero de la televisión pública. Existe una diferencia, aparte del tamaño, de la situación en España, de lo que ocurre en EEUU y en la propia Europa con las televisiones y las concentraciones. Los grandes grupos que se concentran en EEUU adquieren la totalidad o una parte significativa de la propiedad de los Estudios y de las grandes productoras, pero no interfieren en su dirección ni en su política. En España las televisiones privadas crean sus propias productoras que dirigen y convierten a las externas en meras productoras ejecutivas, de forma que no pueden desarrollarse. Haría falta potenciar a los productores independientes de cine con apoyo a planes de producción, para evitar que produzcan una película al año y no todos los años,  junto a medidas existentes, pero que se deben potenciar, como las desgravaciones para inversores, fiscalidad favorable para la amortización, créditos bonificados , flexibilidad en las coproducciones y seguridad en las ayudas, que solo la tienen las que son automáticas, con un Fondo similar a nuestros vecinos. Y facilitar que conserven sus derechos. Se trata de incorporar sociedades financieras, capitales ajenos a la producción y contar con diez o doce grandes grupos de producción, con lo que saldríamos del minifundismo, sin perder el espíritu de artesanía. Y de esta forma se garantizaría la estabilidad en  el empleo, se conservarían los buenos profesionales y el crecimiento del empleo en el cine será similar al resto del sector audiovisual.




  Ya hemos indicado la necesidad de talento y la exigencia de calidad en la producción, resta la difícil cuestión de qué producir. Anteriormente las imágenes del cine se contemplaban solo en los templos del cine, las salas, donde nacían los mitos. Hoy vemos las películas y las series en el televisor, Ipad, el móvil, el ordenador y en cualquier lugar y momento. Se produce una banalización de la imagen, que permite hablar de la era postmedia. Por otra parte el desarrollo de las series de ficción desde Los Soprano, Breaking Bad o Borgen convierte a  este género en el medio expresivo más adecuado para desarrollar tramas complejas con numerosos personajes, pudiendo tratar por su extensión a todos ellos a fondo, lo que no ocurre en el cine que debe resolver las tramas en dos horas. Pero la gente necesita salir de casa y una de sus salidas es para ir a las salas de cine, pero las películas se han convertido cada  vez más en cine de acción, efectos especiales y temas míticos o actualizaciones del imaginario de los relatos tradicionales. Permanecen para un público minoritario las pèlículas comprometidas o intelectuales, que participan en los grandes Festivales Internacionales de Cine, unque son cada vez más escasas. Los profesionales de cine deben participar para crecer y conservar empleo en la producción de cine y de series de ficción. Son dos áreas que se fusionan creativa y laboralmente. El crecimiento del empleo depende cada vez más de las industrias de la comunicación y del entretenimiento en un sentido amplio.

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