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jueves, 3 de diciembre de 2015






   ¿COMO SE ESCRIBE UN GUIÓN?


  Guiones originales y adaptaciones

  
David Mamet, Vittorio Cottafavi




                            

      No basta con saber ver  películas para escribir un guión,  hace falta saber imaginarlas. Un guionista debe tener en cuenta que la película o serie actúa en el subconsciente del espectador, donde se encuentran ya muchos clichés. La forma de escribir el argumento de una novela, el guión de una película o los de una serie es igual pero es diferente su estructura y desarrollo.  David Mamet, actor, director y buen guionista, autor del guión de Glengary Glen Ross da una regla clara y sencilla: "En la mayoría de las películas se trata de saber que quieren los protagonistas y como lo consiguen y que ocurre si no lo consiguen. En la mente de los espectadores se irá captando la progresión de la película". Un buen guionista no debe solo saber contar historias, debe aportar algo nuevo y saber contarlo. Normalmente se escribe la sinopsis o argumento y  a continuación el guión literario, sobre el que el director va a  elaborar el desglose técnico  o sea la relación de planos que deberá rodarse. El trabajo de los guionistas en España y en la Europa continental está desvalorizado. Mal pagado el guión, en gran contraste con EEUU, además  nuestros guionistas trabajan sols, tienen dificultades enormes para que lean el guión los productores, que no invierten mucho dinero en esta fase, cuando no saben todavía si van a producir una película sobre ese guión. Faltan buenos talleres o escuelas de guión y los mismos guionistas sueñan con ser directores. Hay que dar más valor a la escritura de guiones, si queremos mejorar nuestro cine. En España los guiones son literarios y no suelen someterse a crítica, habría que aprobar ayudas para la reescritura de guiones, con lo que podrían mejorarse y, con más presupuesto, desarrollar guiones técnicos, que se consiguen mejor en equipo y con la colaboración del director.
   

  La forma de escribir un guión es similar en las películas originales y en las adaptaciones de novelas y obras de teatro o en las que se basan en un hecho real, que aportan el argumento y no hay que inventarlo. Así, de forma similar, se han escrito guiones de comedias, como To be or not to be de Lubistch, películas originales de un conseguido suspense, como El desconocido de Dani de la Torre o adaptaciones como El mundo sigue de Fernán Gómez sobre una novela de Zunzunegui. En todos los guiones de estas películas me parece que es posible sacar una relación de planos con facilidad, que le permiten al director desarrollar su creatividad y desprender la poesía de su relato.




                     La lectura de un guión no es fácil, también hay que imaginarse la película. Muchos productores no saben leerlos  y los miembros de las Comisiones que conceden las ayudas en los Ministerios, por lo general, menos aún. Esto representa un problema cuando el sistema general de ayudas a películas juzga todo el cine que se puede realizar en un país a partir de los guiones para determinar las ayudas. Los países más avanzados tratan de superar el problema contratando expertos. Los buenos directores se dan cuenta enseguida de las posibilidades de un guión. Vittorio Cottafavi, uno de los directores con mayor dominio del lenguaje del cine, recibió la oferta de dirigir Traviata 53, una adaptación de "La dama de las camelias" realizada por Tullio Pinelli, luego guionista favorito de Fellini, y Siro Angeli. Cottafavi colaboró en el guión introduciendo los cambios que le permitirían realizar los planos que deseaba: "Me interesaba especialmente conseguir una expresión más pura, más despojada, de los sentimientos, gracias a la facultad maravillosa que pose la cámara cinematográfica de "entrar en el interior". Para que los espectadores captasen, con claridad y fuerza, los sentimientos introdujo unas secuencias prácticamente mudas, que sensibilizaban a los espectadores. Los planos hacen avanzar las secuencias y las secuencias progresar el drama. Este principio general, tenido en cuenta en   los cambios en el guión pensando en la realización,  convirtió esta adaptación de "La dama de las camelias", que" podría haber sido una película más de capa y espada de esa época, en una obra maestra aclamada por "Cahiers du cinema".



        Colaboré con Vittorio Cottafavi y Giogio Prosperi en el guión de Los cien caballeros., que dirigió Cottafavi. Un ejercicio de escritura de un guión original. Partíamos de un título, Los cien caballeros, y escribimos el argumento según la idea de Cottafavi de que estábamos en una época fenomenológica. Por lo que la película observa los hechos que se producen y cuando se producen, por lo que hay contradicciones y no hay buenos ni malos. El relato contenía la posibilidad de los planos que iba  a necesitar Cottafavi para contar la relación de árabes y cristianos, primero pacífica y que se va transformando en enfrentamiento y termina con una batalla, rodada magistralmente, tras la que se establece la convivencia pacífica. Es una fábula de la Edad Media que Cottafavi definía como epi-picaresca. La elaboración del guión y la realización para Cottafavi es siempre una transformación de la realidad. En el discurso cinematográfico daba gran importancia a la autonomía del lenguaje artístico sobre la cotidianidad. En el cine hay que crear, no solo retratar la realidad, en lo que discrepaba del neorrealismo. Sus películas son siempre creaciones artísticas, con un lenguaje  y una estética en las que la forma  ocupa un lugar tan preciso como el contenido y toda la concepción de la obra comenzaba con la escritura del guión.  Varias escenas atractivas localizadas en bellos lugares  fueron desapareciendo del guión, porque retrasaban el progreso de la acción. Aprendí que el primer montaje hay que hacerlo en el guión, así no se ruedan escenas que luego en montaje del material rodado se descartan con harto dolor el director.

   David Mamet, que ha encontado en la psicología apoyo para entender la forma de construir una película, afirma que tanto el sueño como una película son una yuxtaposición de imágenes que tratan de responder a una pregunta. Por eso recomienda a futuros guionistas y directores leer "La interpretacón de los sueños" de Sigmund Freud, "Psicoanálisis de los cuentos de hadas" de Bruno Bettlheim y "Recuerdos, sueños, pensmientos" de Carl Jung.


La madre. Pudovkin

    Al guión le atribuye Pudovkin gran importancia porque  "contiene las líneas del desarrollo dramático de la acción. El argumento es el plan para escribir el guión y el guión es el plan para realizar la película". Hay que decidirse a eliminar en los guiones lo literario, la hojarasca y dejar solo las líneas generales, y los diálogos, sobre las que el director elaborará relación de planos que compondrán la película y que unificará en el montaje, al que Pudovkin consideraba clave. Una película, según Eisenstein es "una sucesión de planos que se yuxtaponen entre ellos de forma que hagan avanzar el relato en la mente de los espectadores". La teoría de Esisenstein basa la creación cinematográfica en el montaje, partiendo  de un guión que contenga las líneas de la acción, con sus diálogos. Hablamos de cómo debe ser el guión para directores  que contemplen el cine como creación, no que se limiten a contarlo como una novela y ver cómo la cámara da vueltas en torno a los actores. El concepto del cine es distinto en ambos, Pudovkin es intimista, el protagonista es el hombre o la mujer y en Eisensteisn es el pueblo, los ciudadanos. Sus teorías continúan teniendo vigencia.  Ahora bien escrinir un guión de cine suele ser la labor uno o dos guionistas, los autores de los guiones de una serie de ficción por influencia norteamericana y evolución del género es el trabajo de un equipo de guionistas.




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